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Instagram es hoy la app de moda. Lo es porque nos ofrece muchas opciones para promocionar desde nuestra empresa o emprendimiento hasta desarrollar un registro en imágenes de nuestra propia vida. En el caso de vender, hay algunas consideraciones para tener en cuenta y conseguir buenos y confiables followers que nos sigan y recomienden.
Ante todo hay que elegir una temática. Si vendemos por ejemplo carteras, hay que hacer fotos que tengan una identidad propia y sigan una línea temática donde el seguidor se sienta identificado con la propuesta y la pueda diferenciar del resto de perfiles que hagan carteras. Esto puede ser lugares, tipo de luz, objetos referentes que se añadan y lo que la imaginación dé. No es el mismo impacto una cartera sobre una mesa, que la misma cartera sobre el hombro de una mujer en un parque. Para pensar en la importancia de esto, no hay que olvidarse que Instagram tiene un algoritmo donde destaca las preferencias de búsquedas. Así que se si tus followers son amantes de la moda, las opciones con fotos similares van a aparecer con mayor frecuencia y la competencia será mayor. Hay que destacarse.
El texto es muy importante. Si bien esto se trata de fotos, Instagram posee su espacio para leyendas, acá hay que prestar atención en escribir justo lo indicado y que la propia imagen describa lo que se quiere decir, mostrar o vender. La fluidez de lo visual con el texto es importante para prevenir que nuestra publicación no sea “eliminada” por el paneo de la vista al observar todas las novedades que aparecen en los perfiles. Por esta razón también, hay que ser cuidadosos con el uso de los hashtags, porque si son generalistas del estilo: “amor, “vida”, “verano”, aumenta la posibilidad de que estén saturados y la visibilidad entonces, sea menor. Hay que acompañarlos con otros más específicos para que quien realmente te esté buscando lo haga y rápido.
Otra función a capitalizar son los videos y las historias. Los videos son simples, un minuto y listo. No hay más que eso. Pero ese tiempo es más que suficiente para evitar poner más de una foto de algo que requiera un proceso. Un video también, le facilita al seguidor escuchar una explicación que en texto sería tediosa de leer por el tamaño de tipografía. En el caso de las historias se recomienda usarlas (en una empresa) para dar una pequeña muestra de lo que sería el detrás de escena, pequeños sucesos cotidianos o etapas del trabajo que enriquezcan la línea temática que dijimos al principio.
La integración de todas estas funciones con una frecuencia de publicación de al menos cuatro veces por semana, hará que la popularidad y las ventas aumenten sin dudas.
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Por Luciano Verdi, Técnico Universitario en Comunicación Social.