Entrevista – Més que una acció de comunicació
Nos adentramos en el mundo de los bares. Desde la propuesta, el diseño, hasta su ejecución para la transformación de un concepto simple, en uno mucho más ambicioso. Santiago, responsable de la propuesta de comunicación y Cristian, encargado del diseño y la puesta a punto la imagen, nos cuentan en esta entrevista cómo se hace eso de, sin salir de Mar del Plata, ir a Barcelona y comerse una buena hamburguesa con birra (y unas tapas). Con ustedes Barcelona Bar y su transformación.
¿En qué situación estaba Barcelona cuando arrancaron con el proyecto? ¿Cuál fue la propuesta que se hizo?
S: Ellos querían profesionalizar la imagen que tenían. Llevar a otro nivel su emprendimiento gastronómico que ya tenía algunos años funcionando como un café de día y restaurant durante la noche. Desde hace un año se han convertido únicamente en bar. Entonces quisieron darle un corte a ese estilo, desde la comunicación y la estética que mantenían tal cual. Eso hacía confundir a los clientes, que estaban acostumbrados a la imagen anterior.
C: Nuestra propuesta comprendió una vuelta de tuerca en todos los sentidos. Tuvimos (y aún estamos) que adaptar el lugar a una imagen que compense el cambio de un café-restaurant a solo bar. Abarcamos desde lo estético como decíamos, hasta lo gráfico.
Se hizo una producción fotográfica muy extensa ¿Qué concepto le pusieron a la etapa de creación de contenido?
C: Se hizo una producción de todos los platos que ellos tienen. El objetivo fue mostrar que lo que se viera en fotos, sea realmente lo que te vas a encontrar en el local. Para que el público viera a través de las imágenes que los platos son abundantes y tienen lo que dicen tener, algo que no sucede en otros casos.
¿Qué recursos demando la producción?
S: Hay tres cuestiones que son fundamentales cuando hacemos una producción fotográfica de comida. Primero, el plato tiene que estar caliente, la comida fría es mucho menos seductora que la que recién sale del horno. Segundo, no tiene que tener algo que realmente no lleve. Muchas veces se suele agregar algo estético sólo para la foto y es un grave error, porque termina siendo una imagen engañosa. Y el tercero es acomodar los ingredientes para que se noten en el plano de la foto y uno pueda reconocerlos y diferenciarlos a simple vista.
C: Sí, acomodar es fundamental para que la fotografía sea ordenada y salga bien. Es como el makeup que se le hace a una modelo, pero en esta ocasión a una hamburguesa, jaja.
A partir de esto, ¿qué premisa tuvo la comunicación?
S: A la hora de comunicar, hubo que ponerse en el lugar del bar y la comida. Es decir, si vos fueras una hamburguesa que te chorrea el queso, ¿cómo le hablarías a alguien para que vaya a verte? Entonces, a partir de esta idea se apuntó a una comunicación mucho más agresiva y directa, sin sutilezas ni delicadezas. Aprovechamos la buena cocina que tiene y la variedad de platos. Realmente cuando lo probamos nos dimos cuenta que la calidad es muy buena. Entonces desde ahí planificamos cómo mostrar, a través de esta propuesta agresiva, la manera de que el calor traspase la pantalla y el queso te de ganar de morderlo.
¿Qué pasó en las redes cuando vieron esas tremendas hamburguesas?
S: Tuvimos una muy buena repercusión en las redes sociales respecto a clientes que nos decían que era la primera vez que lo que se encontraban en el bar, era lo mismo que habían visto en las fotos. Y la idea nuestra era esa, resaltar su mayor potencial que es la gastronomía. Además, Barcelona tiene una fuerte presencia cultural que tratamos de mantener, lo que genera un idilio constante con su público.
También trabajaron en la puesta a punto de la imagen del local. ¿Qué aspectos a mejorar encontraron?
C: Trabajamos en parte estética del interior del bar. Tenían un déficit en que ellos se llaman Barcelona y querían ser Barcelona, pero vos entrabas al bar y no lo eran. Sumado a que el local aún mantenía aspectos de cuando todavía era café. Era un lugar muy luminoso, acomodado para la gente de día.
¿Y qué cosas puntuales modificaron?
C: Se cambió la decoración. Algunas gráficas de la ciudad de Barcelona que eran de día y que hubo que pasar a situaciones de noche. También, se le sugirió al bar hacer un cambio en un patio interno para convertirlo es un espacio anexado al resto, con la inclusión de un sillón de madera, más adecuado a la propuesta de la conversión del café a un bar. Siempre buscando una coherencia visual con los materiales que ya tenían. También se modificó la pintura del local, con una paleta de colores que se diseñó especialmente.
¿Fue complejo entender y adecuar ese estilo Gaudí-Barcelona al local?
S: No tanto. Lo que hicimos fue buscar que toda la mezcla de diseños, conceptos y culturas que tiene Barcelona esté canalizada a través de una misma idea. Esta coherencia va (y siempre lo tiene que hacer) de la mano de lo que comunicamos en las redes, en la fotografía y en lo que el cliente quiera hacer más adelante. Es un proyecto de varias etapas, aún hay desafíos por delante. Comenzamos con la comunicación y parte de las reformas del lugar, consensuada con la idea que ya tenía el cliente y adaptándola a sus posibilidades económicas. A partir de ese desarrollo, proyecatamos a mediano plazo, la remodelación del exterior del local.
Por Luciano Verdi, Licenciado en Comunicación Social