2018: ¿Qué traerán los astros de la IA a tu vida?
Llegamos. Acá estamos, es 2018. Lejos quedó la paranoia de cómo iba a impactar en las computadoras el cambio de siglo, que se pronosticó con mucho temor por un posible ataque masivo de virus y rebelión de la tecnología, que terminaría por acabar con la humanidad. Al menos para los más osados y apocalípticos. Pero no fue así. Hoy, 18 años después, si miramos el paso del tiempo podemos ver lo incipiente que era la tecnología hace apenas dos décadas. Desde ese momento ha evolucionado exponencialmente por tres hitos históricos: la expansión de Internet a cada lugar del mundo a través de la red WIFI, el desarrollo de los sistemas de memoria y almacenamiento de información de computadoras y la llegada a nuestras vidas del IPhone, el primer teléfono que no era solo un teléfono, sino que era uno inteligente. Y ahí nos quedamos algunos años, solo renovando las aplicaciones y redes que se utilizan con esta tecnología, pero no tanto la tecnología en sí. He aquí, que el fin de la presente década será el puntapié para la aparición de la IA: la inteligencia artificial.
Seguro tenés un teléfono que si lo saludás y le decís al altavoz que buscás un restaurante, te dirigirá a una búsqueda en Internet que te aportará datos para tu inquietud. O tal vez tengas la suerte de manejar un auto que por sí solo mide la distancia entre vehículos y estaciona. Pero todo estos avances son solo pruebas de lo que vendrá. La visión informática, los reconocimientos de voz, de espacio, de lenguaje y hasta físicas, cada vez se van incorporando más a los productos y servicios, pero esto sólo es el comienzo de lo que será el reconocimiento de la identidad cognitiva, donde las máquinas entenderán según nuestros movimientos, nuestra manera de escribir o nuestros patrones físicos, quiénes somos y evitar así que alguien ocupe nuestra identidad a la hora de, por ejemplo, un trámite bancario o el acceso a una web con contraseña (que ya no serán necesarias). En 2017 ya se lanzaron los primeros celulares con reconocimiento facial para el desbloqueo, ya basta de patrones o códigos. En cuanto a las empresas, existirán aplicaciones que reconozcan los gustos e intereses de los consumidores y la evolución que tienen sobre estos, brindando así información sobre qué querrán en el futuro, siempre basándose en la información que uno proporciona al hacer cualquier cosa en internet. Este año, también, se lanzarán versiones de automóviles autónomos, que pueden discernir entre cualquier aspecto del tránsito, incluso convivir con autos conducidos por humanos, que no son predecibles. Lexus, la marca de lujo de Toyota ya tiene a la venta estos vehículos. ¿Vos seguís contento porque podés hacer llamadas tocando un botón en el volante? Además, serán cada vez más comunes los asistentes virtuales, como ya sucede en algunos lugares de Japón, donde se pueden ver pantallas que muestran a una simpática chica animé para responder tus dudas. Claro, al no ser humana, no se enoja ni se cansa nunca (al menos por ahora). Así será apenas el inicio de la IA en nuestras vidas, cada vez irá reconociendo más aspectos humanos y devolviendo soluciones o información a través de los dispositivos móviles o cualquier elemento que se conecte en red. Viajar a Bangladés y hacerte entender sin hablar bengalí no será un problema, el dispositivo te va a traducir automáticamente. Una simple fotografía sobre una comida te explicará su receta y calorías. Hasta se avanzan en aplicaciones que chequeen nuestra salud a través de inodoros inteligentes que proceden los desechos, y de esta manera, pronostiquen si nuestra alimentación es adecuada o si corremos riesgo de sufrir alguna patología. De a poco, veremos cómo la IA va formando parte de nuestras vidas.
El futuro inmediato va a empezar a tener voz e inteligencia propia. Te va a aconsejar, ya no solo facilitar. Te va a informar antes que sepas que necesitabas esa información. Te va a conectar y ayudar a profundizar el reconocimiento con el mundo que te rodea. ¿Será bueno? Pronto lo sabremos.
Por Luciano Verdi, Licenciado en Comunicación Social