¡Subí el volumen de tu imaginación!
Imaginate estar tocando un instrumento sin pensar. Por decantación, si tenemos por ejemplo una guitarra, los dedos irán hacia donde se sientan más cómodos. En tanto, tocarán los acordes que correspondan a esa comodidad y no buscarán otros. Ahora imaginate que empieza a sonar un piano. Su musicalidad volverá necesaria una reintrepretación de nuestros acordes y de nuestra comodidad, que derivará en buscar la mejor opción que combine con la música del piano. La moraleja es simple: la creatividad no se busca, la creatividad se alimenta, se la impulsa, digamos que se la despierta.
Hay un efecto residual en la sonoridad que mueve ciertos componentes de nuestro cerebro e influye directamente con las habilidades espaciales. Tal así como el efecto Morzart, que estudios científicos han catalogado a la obra del compositor austríaco como influyente en los campos de la creatividad. Lo importante aquí, es que si bien hay personas que pueden tener una mejor habilidad para pensar creativamente, es una condición que siempre se estimula.
¿Cómo se lo hace? Bueno, ante todo rompiendo las estructuras de lo conocido y habitual, como los acordes simples de la guitarra o como la misma forma de hacer las cosas cotidianas. Es por esto que escuchar música rompe los esquemas clásicos y facilita la cachetada creativa que despierta.
La neurociencia ha establecido que cuando se habla con una persona su tono de voz influye directamente en las zonas donde se expresa el placer. Si el sonido nos resulta agradable o nos expresa seguridad tendremos una mejor aceptación del otro. Sí, no te enamorás solo por lo físico, sino también por lo que escuchás. Incluso sucede que
cuando una mamá le habla a su bebe este se calma más que con cualquier otra voz. Llevando este conocimiento a la música, lo mismo pasa con los cantantes y los estilos de música.
¿No te diste cuenta que a todos nos gusta la música?
Lo que marca una diferencia son los estilos, te puede generar placer Arjona o AC/DC, Mozart o Led Zeppelin, da lo mismo. Las áreas de placer en cada cerebro no responden a los mismos estímulos. Es por esto que la música es tan
importante para el desarrollo de la creatividad, para pensar espacialmente y no caer en la estructuralidad que facilita la acción de un proceso, pero que impide volar la imaginación.
Te dejamos tres temas inspiradores, todos de rock porque el editor de la nota no conoce la democracia musical y quien escribe quiere conservar su trabajo. Igual son geniales.
Kurt Cobain haciendo unas de las más hermosas canciones de John Lennon: Across the universe.
Gustavo, y la versión acústica de La ciudad de la furia.
Y esta nota se escribió con Willy Crook, Inside Me. Un toque de funk del ex Redondos y Abuelos de la Nada.
Por Luciano Verdi, Licenciado en Comunicación Social